Con la suma del dinero que gastan en tubos, garrafas, leña u otros métodos de calefacción las más de 5.000 familias barilochenses que siguen esperando la conexión a la red de gas, ya se podría haber pagado varias veces la obra necesaria para que el fluido llegue hasta los hogares damnificados, según se calcula. Pero los inviernos pasan y los trabajos ni siquiera comienzan, pese al aumento de tarifas, a los compromisos enunciados y a los acuerdos firmados entre gobiernos provinciales, dependencias nacionales y Camuzzi, la empresa que tiene la responsabilidad de brindar el servicio.
Este jueves, como cada dos semanas, usuarios que esperan el gas desde hace años vuelven a manifestarse en la sede de la empresa en búsqueda de soluciones o, al menos, de respuestas.
“Vamos a acompañar a los vecinos a las oficinas de Camuzzi a ver si, como ya les avisamos, nos puede atender algún jerárquico o si tiene que venir alguien de Buenos Aires, por lo menos para darnos las explicaciones de por qué no avanzan las obras. Porque si no arrancan ahora en el verano, va a ser un invierno más sin gas”, señaló el concejal Facundo Villalba, quien participa del reclamo junto con ediles de distintos partidos políticos.
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Acuerdos incumplidos
Esta nueva “caminata” a las oficinas de la distribuidora se da luego de que se confirmara la paralización de los trabajos complementarios al Gasoducto Cordillerano, cuya concreción habían acordado en junio pasado Camuzzi con representantes de Enargás, Edersa, la Secretaría de Energía de la Nación y los gobiernos de Río Negro, Neuquén y Chubut. Las tres provincias se comprometieron a adelantar los fondos para iniciar los trabajos, que luego pagarían los usuarios a través de aumentos en la tarifa. Pero el dinero no llegó y Camuzzi no comenzó la obra.
Los vecinos “quieren pagar el servicio y ni siquiera pueden”, remarcó el edil, y subrayó que miles de familias ya hicieron “las inversiones en sus casas para poder instalarse, acorde a los plazos que ya se habían pautado. Pero esos plazos no se cumplieron” en reiteradas ocasiones.
Paga más el que menos tiene
Hoy en día en Bariloche, “cuanto menos recursos tenés, más plata tenés que pagar (para no pasar frío). Porque el que menos paga es el que tiene el gas de red y la casa bien sellada. Cuando no tenés gas, tenés que pagar un tubo que vale 75 mil pesos, ni hablar el metro de leña”, sostuvo Villalba, entrevistado en Nada Personal (Radio con Vos Patagonia). “Es un sistema que cuanto menos tenés, más te castiga”, y “ni hablar si encima uno tiene una mala aislación, como se da en muchos barrios” de la ciudad.
Todo esto sucede en un contexto de fuerte incremento en los precios de los servicios. Por eso, consideró el concejal, el argumento que Camuzzi esgrimía para negarse a realizar la obra “era que las tarifas estaban congeladas”, algo que “hoy ya no aplica”.
“En este caso tenemos una empresa privada que da el servicio. Y es normal que si uno te lo va a cobrar, si la empresa va a cobrarle al vecino ese servicio, tenga que hacer una inversión. Si no, no hay riesgo empresario”.
Un problema generalizado
El edil recordó una estimación de Codec -la ONG que representa a los consumidores afectados-, según la cual los vecinos que esperan la conexión gastan en conjunto unos cinco millones de dólares mensuales en gas envasado y leña. Por lo que la obra, cuyo costo se calculaba a comienzos de 2024 en unos siete millones de dólares, “ya se podría haber pagado varias veces con la inversión que hacen de forma privada los mismos vecinos por no tener el servicio”.
Por otro lado, mencionó, “todo Bariloche tiene un problema de presión de gas” y la presión con la que llega el fluído a los hogares “es de un 20 por ciento menos” de lo que debería ser, causa de la falta de realización de esta obra.
Por eso, señaló, esta obra “no es solamente para las 5.000 familias que se van a conectar, es también para todo el resto de los barilochenses que ya están conectados”.