Actualización 3/10: la película se exhibe este jueves a las 19 horas en Casa de la Cultura, El Hoyo. A las 20.30 en Casa del Bicentenario (General Roca 644), El Bolsón. Y a las 20.30 en la Junta Vecinal Don Orione (Don Orione 294 – Km 15,5), Bariloche.
Octubre de 1987, estadio Obras, fecha única. José Luis García tiene 22 años, una grabadora VHS en mano y una misión: seguir a Luca. Aún no lo saben, aunque el cantante de Sumo lo intuye: este es su último gran recital. La cámara atraviesa toda la prueba de sonido, todo el backstage, toda la salida del escenario y el show. La cámara registra todo. Pero ese registro quedará guardado por décadas, hasta 2024, cuando el documental “Fuck You!, el último show”, finalmente vea la luz.
En Bariloche esa luz se prenderá este miércoles a las 21 horas en la Bilbioteca Sarmiento, cuando tendrá lugar la primera proyección de “Fuck You!” en la Patagonia, en el marco del Festival Audiovisual Bariloche (FAB). Será una ocasión especial: la película (que pudo apreciarse por primera vez en abril pasado, en el Bafici 2024) no tuvo ni tendrá un estreno comercial ni estará en plataformas ni se cobrará jamás una entrada por verla, porque esa fue la “ecuación” a la que se logró llegar para su realización.
Así lo explicó el director del documental, José Luis García, que trae su película a Bariloche 37 años después de haber filmado ese show en Obras.
El último gran show
“Es el último gran show que dio la banda en el Estadio Obras, que era el estadio emblemático donde se presentaban los discos y las grandes bandas. Para recordar, es un estadio de 5.000 localidades y esa fue la última gran noche que tuvo Sumo en ese estadio, ni siquiera hubo dos fechas”.
La banda siguió tocando y dio algunos otros shows. De hecho, “el último fue en el estadio de Los Andes. Al día siguiente Luca murió”, explicó García en un reportaje radial con Nada Personal, en Radio con Vos Patagonia.
Esta historia empezó en la amistad que tenía Rodrigo Espina -el director de “Luca”- con el líder de Sumo. Habían trabajado juntos en un corto en el que García, que estudiaba cine desde los 17, hizo la fotografía. “Luca en un momento nos dijo: ‘Vengan a grabar los conciertos porque no llego a fin de año’, cosa que parecía una frase así como muy fuerte, pero que lamentablemente terminó siendo cierta”.
Esa noche de Obras, en octubre del 87, “Rodrigo me dio su cámara, el VHS, porque se casaba el hermano y él no podía ir. Me dijo ‘vos seguilo a Luca’, y eso hice. O sea que la cámara es como una sensación de toma secuencia, que atraviesa toda la prueba de sonido, todo el backstage, toda la salida del escenario y el show”, recordó el director.
Y destacó que este tipo de registro es el que permite realmente conectar con el vivo de Sumo. “El material es muy crudo. De alguna manera refleja ese tipo de registro y mantiene muchos momentos malos, entre comillas, de imagen y de sonido, que quizá en otro tipo de registro hubiera estado editado o puesto más pulcro, pero que acá son precisamente esas cosas las que le dan vida”.

Sacarla del cajón
García aclaró que la filmación siempre fue de Rodrigo Espina, que era quien tenía la conexión de amistad con Luca y a quien el cantante le había pedido que filmara los shows. La muerte de Prodan afectó tanto a Rodrigo que “cambió su vida”, dejó la publicidad y se fue a vivir Córdoba. Pasaron años hasta que pudo “poner de pie un proyecto en el que usar este material, sobre todo para contar la historia de Luca”, algo que finalmente logró hacer con el documental “Luca”.
“Pero no termina de cerrar, no terminan de subirse a ese barco todos los músicos”, señaló en referencia a los integrantes de Sumo, que tras la muerte de Prodan conformaron otras dos bandas icónicas del rock nacional, Divididos y Las Pelotas. “Los chicos de Divididos quizás no estaban de acuerdo que fuera algo así, y no participaron, por lo cual no aparecen en el documental, y no aparecen temas de Sumo, porque los temas de Sumo están firmados por todos los músicos”.
Cuando falleció Rodrigo, en 2022, “sentí que era una locura que este material siga guardado en un cajón”, recordó García. “Entonces lo fui a ver a Aníbal (Esmoris) y a Marcelo, que tenían todo el material por haberlo usado antes en ‘Luca’, y les dije: ‘Esto no puede seguir guardado. Luca no nos pidió que grabemos esto para que esté guardado en un cajón’”.
Patrimonio cultural no comercial
Entonces “empecé un trabajo de hablar también con los Divididos, con todos los músicos, y la verdad es que lo que se llegó es que la idea era que nadie quería que se hiciera algo comercial”.
“Llegamos a la ecuación con la que pudimos completar esta película, que es que se considere que es un patrimonio cultural, que no puede estar guardado en un cajón, sino que tiene que estar de a la luz, y que sea de exhibición no comercial siempre”.

Esta condición de posibilidad llevó a que el documental no se haya pasado ni se vaya a pasar en plataformas, pese a los pedidos recibidos. “No se estrenó comercialmente, porque no se puede cobrar nunca una entrada al público. Entonces todos los lugares donde se pasa es de manera gratuita, y esa fue la forma en que se alinearon los planetas para que esto pueda salir a dar”.
Se trataba de entender que “con esto no se va a hacer plata, es decir, no se va a lucrar”. Una decisión que tributa en el recuerdo de Prodan: “Yo lo iba a buscar a Luca a la casa. Él dormía en un colchón tirado en una habitación de 3 por 3, y en una casa que se venía abajo. La primera vez que cobró Sadaic, la cobró una semana antes de morir. Entonces ¿cómo este material que él pidió que lo grabemos, alguien va a estar lucrando con esto?”.
Un tipo sin careta
García contó que apenas había escuchado Sumo cuando conoció a Prodan. “Para mí fue conocer a un músico, no a un ícono como después fue Luca. Y la verdad es que siempre me pareció un tipo muy dulce, una persona muy buena, muy afectuosa, muy amigo de sus amigos, muy jodón también”.
Según el director, en Fuck You! los espectadores se impresionan por novedades que van mucho más allá que la bestia del rock que era Luca. “Acá se lo ve realmente expresando toda su cosmogonía de la vida, de la sociedad, y de una manera muy dulce y parado del lado correcto”, además de mostrar “algunos manifiestos feministas de vanguardia, para lo que era la época en la que recién retomábamos la democracia después de la pesadilla de la dictadura”.

Al cantante nacido en Italia y educado en el Reino Unido García lo recuerda como a un tipo “muy simple, muy humilde, muy visceral, muy pasional, muy honesto y muy libre”.
“Lo que emana fundamentalmente de este registro es el sentido de libertad, que hoy día está absolutamente pervertido por las mentes que están en el Gobierno”, afirmó, y detalló: “Acá era verdadera libertad, realmente expresiva, sin caretas, sin posturas, sin poses”.
Como ejemplo de esta actitud, recordó: “Con la misma remera que tenía cuando lo fuimos a buscar a la casa y comimos spaghetti, al mediodía hizo la prueba de sonido y salió al escenario a hacer el show. Y así era toda la banda”.
Sus estudios en Escocia y su posterior vida en Londres -donde se nutrió de la cultura musical inglesa- fueron parte del bagaje del músico que ayudó a potenciar el rock nacional. Al igual que “todos los que van arrimando nuevas ideas a la banda”.
Por eso Sumo tiene “un registro tan ecléctico musicalmente. Eran muy abiertos a eso porque eran todos grandes músicos y eran amigos y no había -si bien Luca claramente era el líder-, un líder que mandaba y decía, ‘se hace lo que digo yo’”.