El aumento de actividad sísimica del complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle activó a las instituciones que conforman el Sistema Nacional de Gestión Integral de Riesgos. De todas maneras, y pese a la reciente declaración de alerta amarillo en la zona, no hay riesgo inminente de erupción, aseguró el investigador del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV) Pablo Forte.

El alerta amarillo es “un alerta técnica, poblacional, que emitió Chile originalmente y nosotros simplemente retransmitimos la información y la hicimos propia”, ya que como observatorio “nos encargamos de nuestros volcanes y también de todos los volcanes que pueden afectar al territorio nacional”, sostuvo el investigador en declaraciones a BRC.

Ese aumento del alerta de verde a amarillo se dio porque “los colegas chilenos identificaron variaciones en la tasa de deformación del volcán”, que “cuando tiene material en profundidad que se mueve, puede generar que se levante, se infle, se desinfle”.

El incremento de esa tasa, entonces, implica un llamado a la atención “pero de ninguna manera supone que haya una erupción” inminente, “sobre todo porque los otros parámetros de monitoreo no dan esa pauta”. 

Previsión y gestión de riesgos

Es en función de ese llamado de atención que este jueves se reunieron en Bariloche representantes de instituciones científicas y técnicas con autoridades de los gobiernos nacional, provincial y municipal, con el objetivo de analizar la situación y coordinar acciones preventivas y de respuesta ante posibles escenarios de riesgo.  

En una desbordada sala de conferencias del BEC, en la que había técnicos de las Fuerzas Armadas, Parques Nacionales, Servicio Meteorológico Nacional y cuerpos de manejo del fuego, entre otras instituciones, los participantes intercambiaron información a través de exposiciones y rondas de preguntas y respuestas.

El factor común en varias de esas charlas fue el trabajo realizado en materia de prevención y gestión del riesgo a partir de la experiencia adquirida tras la erupción del volcán en 2011, un acontecimiento que marcó un antes y un después en cuanto al abordaje de los desastres naturales. 

Respecto de ese momento, “estamos mucho mejor”, afirmó Forte. “En 2011 no había organismo técnico de la contraparte argentina, el observatorio no existía. Se comienza a crear en 2012 y se materializa en 2017. Así que tenemos capacidades técnicas nuevas, lo cual es muy importante. Hay capacidad científica en el país mucho mayor”, precisó.

Además, señaló el doctor en Ciencias Geológicas, “estos 10 ó 11 años fueron claves también para la formación de nuevos investigadores. Y tenemos una nueva ley de gestión del riesgo, que tiene un enfoque mucho más integral y que genera instancias como esta, de interacción entre distintas escalas de nuestro sistema federal e instituciones”.

Todo esto, resumió, “nos prepara mucho mejor para afrontar cualquier eventualidad de amenaza geológica”.