El principal problema que está generando el desfinanciamiento actual en el área científico-tecnológica es la pérdida de investigadores y profesionales con muchos años de formación, lo que perjudica a los “grandes proyectos”. Así lo señaló hoy Adriana Serquis, expresidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), durante la movilización en defensa de las universidades y la educación pública.
El mayor problema “es la pérdida de nuestra gente. Porque ya empezó a haber muchas renuncias, mucha gente joven que está intentando irse del país, que está consiguiendo mejores posiciones en cualquier otra área. Aquí, pagados desde afuera, o yéndose directamente”, sostuvo en diálogo con BRC la doctora en Física que entre 2021 y abril de 2024 condujo a la CNEA.
“Y ese es el mayor problema que tenemos: la falta de perspectiva, la falta de una definición política hacia el futuro. Eso está perjudicando particularmente los grandes proyectos”, añadió.
Serquis comparó lo que sucede en la Argentina de hoy con lo que publican medios de comunicación europeos sobre el sector nuclear, donde se informa que varios países empiezan a reincorporar gente jubilada porque les falta profesionales. “Nosotros la estamos echando, gente con más de 10 o 15 años de formación que, digamos, está cobrando salarios de miseria. Y que además no tiene perspectiva porque no se sabe si los proyectos en los que están trabajando van a seguir siendo financiados”, afirmó.

Pausas que cuestan caro
Entre las consecuencias del desfinanciamiento, Serquis se refirió a la “pausa” en la que parece encontrarse el proyecto del reactor modular pequeño CAREM, en el que el país ya invirtió 650 millones de dólares y cuya comercialización podría suponer ingresos por U$S4.000 millones.
“El proyecto CAREM ya está a dos o tres años de ser finalizado. Tiene una inversión ya hecha de 650 millones de dólares, le faltarían unos 200, 250 para terminar lo que llamamos el primero de su clase”, describió la investigadora principal del Conicet.
Esto “nos permitiría demostrar la tecnología y podría estar empezando ya a ser una especie de rueda de inversiones para poder apostar a lo que llamamos el ‘CAREM comercial’, que podría estar vendido en esos puntos, entre 4.000 y 5.000 millones de dólares”, sostuvo.
“Hasta ahora entiendo que con la nueva presidencia se le está poniendo una pausa, un freno, se está analizando”, explicó. Y dijo que “ojalá que esos análisis realmente sean honestos y puedan poner en pie realmente este proyecto”.